Nadeko Sengoku hentai

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Nadeko Sengoku hentai es una joven de pelo castaño oscuro y ojos marrones chocolate. Mide 153 cm y pesa unos 38 kg. En la época en la que todavía estaba maldita por la jagirinawa, su atuendo consistía en una bolsa en la cintura, una gorra naranja, una blusa rosa, una chaqueta naranja y unos vaqueros holgados, todo ello para ocultar las cicatrices que cubrían su cuerpo. Además, siempre mira hacia abajo, con largos flequillos que le cubren los ojos. Se puede suponer que su gorra de chico de los periódicos representa a la «serpiente» que la maldijo, ya que su forma se asemeja a la cabeza de una serpiente.

Más tarde, tras librarse de la maldición, cambia su estilo por un conjunto de ropa más cómodo y muestra preferencia por llevar faldas.

Más adelante en la serie, se corta el pelo.

Nadeko Sengoku hentai ha estado familiarizada con la familia Araragi ya que Tsukihi (a quien Nadeko Sengoku hentai llama cariñosamente «Rara-chan»[ララちゃん]) había jugado con ella cuando eran pequeñas. Durante uno de esos días, conoce a Koyomi, el hermano mayor de Tsukihi, que entonces estaba en sexto grado y que pronto se convertiría también en uno de sus amigos cuando le arregló la bicicleta. Desde entonces comenzó a llamar a Koyomi «Koyomi-onii-chan». Sus visitas a su casa pronto terminaron hace unos seis años y, por desgracia para Nadeko, Koyomi parece haber olvidado su primer encuentro con ella.

Durante la escuela secundaria, rechazó los sentimientos de una compañera suya, lo que provocó que se convirtiera en el objetivo de la jagirinawa, que llegó en forma de amuleto entregado por una persona misteriosa.

Nadeko Sengoku hentai ha estado visitando el Santuario de Shirahebi Norte, donde sacrifica serpientes blancas vivas en un intento de curar una maldición que la atormenta desde hace tiempo. En una de sus visitas al santuario, se encuentra con Koyomi y Suruga Kanbaru, que se dirigían al santuario para colocar un ofuda (una especie de amuleto sintoísta) a las ruinas del santuario. Los dos descubren más tarde su práctica de sacrificar serpientes blancas al llegar a los terrenos del santuario, aunque no pudieron hablar con ella al respecto.


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